Dra. Rosabel Maza

20. Si le preguntamos a un maestro Zen sobre la actualidad.

Por: Rosabel Maza

Preguntas a un maestro Zen

Taisen  Deshimaru

Buscaremos la explicación y ejemplificación de la práctica del budismo Zen.

Esta empieza de concebir el Mu, la nada, deslindándola del hecho de existir. Esta nada no es “nuestra nada occidental“, es más bien la suma de la nada y al todo: un gran koan. Y al igual que todo, existe pero no tiene la fuente de vida –numen-. La doctrina del budismo Zen se desarrolla en la individualidad de cada uno, en la propia esencia.

Nuestras características son la influencia de nuestro karma, de la herencia. El cambio es continuo, por ello ku es vacío, sin embargo, se da una interdependencia de nuestra actividad con nuestra esencia y ésta es Dios o Buda. Por ello, Buda dijo que nuestra esencia era ku, así como Cristo dijo que era Dios. Ambos coinciden que la actividad del cosmos, es dirigida a Dios o Buda. Todo es lo mismo, todo es ku.

Esta última explicación corresponde al Satori. Al leer, me regocijo al descubrir este nuevo concepto. Satori es difícil de comprender, lo describen como la vuelta a la condición original, la condición de niño. Esto se logra con la práctica de la meditación /zazen/ que nos tranquiliza. Llegar a este estado original es llegar al espíritu de Dios o a la naturaleza de Buda.

El concepto principal de la mística budista es obtener el satori, éste se da inconscientemente y es difícil de captar que lo poseemos. Este satori es ilimitado, no se busca, es la conciencia cósmica, es la sabiduría total, es la comprensión del sistema cósmico, es la verdad. La meditación /zazen/ nos permite acceder a la reflexión de nuestros errores. Debemos hacerlo con una buena postura, con una respiración correcta y silencio.  El satori es comprender y aplicar lo que se ha comprendido.

Podemos mirar el satori a través del ken sho. El ken sho busca mirar la naturaleza propia, es como el “conócete a ti mismo”, es llegar a resolverlo a través de la comprensión. De esta manera,  uno libera su karma. Lo valioso es el aquí y el ahora. Pensar que uno tiene el satori es no haber tenido acceso a él. Qué humildad, la de los orientales!.  El verdadero sentido del satori es la adquisición de una vida sin miedo, sin adornos, es la verdadera libertad interior y todo lleva a una vida apacible.

Sin embargo, cómo se entiende todo esto en Occidente? El budismo Zen busca sembrar su semilla en Occidente . El Zen ha influenciado a Oriente y a su filosofía, desde China hasta el Japón, donde ejerció influencia en los samurais y en la cultura en general. Sin embargo, el objetivo de llevar el Zen a Occidente es porque el maestro considera a la civilización moderna como débil, se debilita porque utilizan mucho la imaginación y el intelecto. El Zen busca el equilibrio y busca también fortalecer a Occidente. Su propuesta es practicar el zazen para ser más activos y equilibrados.  La espiritualidad es básica, no es evasión, sino más bien trae a la realidad a las personas. Es acceder al espíritu y todo humano puede hacerlo.

El proyecto no es volverse monjes Zen, sino,  incorporar la práctica del zazen dentro de nuestra vida cotidiana. Es incorporar la vida espiritual, por lo tanto el conocerse a sí mismo. Tenemos que descubrir que en todo no hay lugar para un <yo> sin que nos abramos al cosmos y recibamos de él su energía y la posibilidad de creer.  La evolución está debilitando nuestro cerebro, es realmente una involución. El zazen provee equilibrio y armoniza el cerebro. Permite que el exterior de nuestro cerebro con el interior .

El Maestro considera que la paz para toda la humanidad se lograría al fusionar Oriente con Occidente.   La práctica del zazen fortalece a las civilizaciones, permite que se logre la perseverancia a través de la paciencia y no el logro a través de la agresión.  Para la vida cotidiana, propone la adquisición de la costumbre del zazen.  Debemos no esperar algún objetivo, no esperar ningún beneficio. Esto es Mushotoku: no tener ningún objetivo. En el zazen nada se busca, sino concentrarse en la postura, en la respiración, el tener una meta es una enfermedad del espíritu.  Aunque sí hay que tener un ideal, el más grande, es el amor universal, no el amor egoísta.  El maestro sí considera que en la vida cotidiana hay que obtener beneficios, sin embargo, el espíritu interior debe ser siempre libre, se gane o se pierda, esto es mushotoku, esto es sabiduría.

El maestro diferencia los problemas metafísicos de los físicos. Considera que en la búsqueda de la vía no hay que elegir, sin embargo en la vida cotidiana sí. El comprender la verdad no se logra a través de elecciones. El espíritu selectivo sí obra en lo cotidiano, aunque permanecer libre de la elección. En esta instancia, el karma es vital. El karma crea nuestras decisiones, el orden cósmico puede no ser tan preciso. Es decir, la felicidad puede conducir a la desgracia o viceversa. Así el orden cósmico permite la vuelta a la condición normal.

El budismo recalca la unión del cuerpo y el espíritu, ambos operan juntos. El cuerpo se transforma si nos concentramos en el espíritu y se desploma cuando no está concentrado. Así el miedo es estar demasiado apegado al ego, el miedo desaparece cuando se abandona el apego. El miedo es duda, ansiedad. El miedo crece si se le rumia, es inútil tener miedo en la vida. Si la vida es justa, no habrá miedo.

El maestro hace una apreciación sobre la macrobiótica y la salud. Preocuparse demasiado por la salud es debilitar el espíritu. Postula que cualquier práctica que no sea equilibrada  es alejarse de la armonía. Plantea que se coma de todo para que el espíritu sea amplio y generoso, sin embargo controlarlo.  Considera que el educar a un niño es como dirigir a una cometa, considera que hay que encontrar el equilibrio.

En cuanto a las similitudes o diferencias del Zen y el Cristianismo, piensa el maestro que el origen de ambas es el mismo. Quizás exteriormente son diferente, pero interiormente son símiles. Considera que se han influenciado entre ellas. Esto nos conduce a una sola religión.  El Zen es querer comprender las raíces de todas las religiones. El Zen es experiencia pura y se perdería al sólo identificarlo con el budismo, representa la universalidad de la conciencia . El Zen también es una forma de desarrollar la presencia del sí mismo en un arte de vivir en el aquí y el ahora, donde se libera y domina las energías que están en nosotros mismos, logrando la participación en la creación. La filosofía viene después de la práctica, el Zen es creación continua si se es fiel a la práctica. . El maestro señala que la civilización moderna necesita la constatación científica de la presencia de Dios. Hablar de ku, la vacuidad, es más científico. Cristo y Buda consideran que el amor universal  y el espíritu compasivo como fundamentales. Considera que la Biblia es muy moralista, y esto lleva a los jóvenes a tener muchas contradicciones. En el budismo, las ilusiones se convierten en satori. Buda fue hombre y tuvo tentaciones, mas encontró el satori al volver a la condición normal. El budismo recalca el equilibrio, va en contra de religiones moralistas o ascéticas. Busca también la inclusión de la compasión con la sabiduría. Busca transformar el espíritu de los hombres a través de una revolución interior de los espíritus , de esa manera, si el espíritu cambia, la civilización cambia. Cuando estamos en armonía con el cosmos somos Dios o Buda, <Zazen es Dios>. Esto se refiere a la conciencia del cosmos equipararla con  la conciencia de Dios. No hay dualidad entre Dios, Buda o nosotros. Nosotros tenemos conciencia de que participamos en el cosmos más es importante sentirlo. Sentir también la energía del cosmos, donde el abandonar la conciencia personal para recibir a Dios. Es la interiorización a través de la concentración la que nos permite ser receptivos .  La conciencia coincide con la vida. Y Dios o Buda son la verdad cósmica pura, sin categorías.

Después de leer el contenido tiendo a rescatar una argumentación circular a lo Bateson [1] . Reflexionar sobre contenidos que extrapolan los nuestros a sistemas de pensamiento poco acostumbrados por nosotros es ampliar la comprensión sobre nuestro universo. Imagino que éste es el propósito por el cual me sentí motivada a participar en esta experiencia mística. Cito a Bateson:

“…reflexionar, no sobre nuestro conocimiento, sino sobre ese conocimiento más amplio que es el aglutinante de las estrellas de mar y las anémonas marinas y los bosques de secuoyas y las asambleas humanas”.[2]

El budismo está plagado de estrellas que representan operaciones no lineales que definen su religión. Estrellas que empiezan a tomar forma en constelaciones y que van fortaleciendo su significado a través de las generaciones. El budismo está tomando sentido en una época post-modernista en la que se está perdiendo conciencia del sí mismo, donde las utopías del realismo utópico, tal como Giddens lo cita en su libro Consecuencias de la Modernidad, son antitéticas, -tanto de la reflexividad como de la  temporalidad de la modernidad-. No hay continuidades ni reformulaciones, puesto que lo tradicional y lo moderno se enfrentan.  Giddens[3] sugiere que la línea evolucionista de la historia que propone una ruta lineal, no resuelve la unidad. Las civilizaciones han ido haciendo transformaciones para su propia reconstrucción, sin embargo, los ciudadanos toman el pasado y lo van adaptando, según su idiosincrasia y cultura. En contraposición, el budismo se presenta como una propuesta que se instala en lo moderno sin eliminarlo, si no conteniéndolo. Su proyecto se escapa de un orden moderno o postmoderno cubierto de insignificancia y no trascendencia. Todo lo contrario, reta a la post-modernidad con una mirada espiritual que intenta fortalecer a las civilizaciones, con un proyecto pacifista utópico , es cierto, pero sincero. Siento que el <ego> está deformando a las civilizaciones, la sensación de poder se está depositando en creaciones que se alejan de esa ruta budista del regreso a la <condición normal>. Me pregunto si toda búsqueda de equilibrio suena desequilibrante para una civilización que avanza vertiginosamente hacia la pérdida del sí mismo.

Hoy que nos encontramos debilitados, concentrémonos en este concepto de amor universal como mushotoku -sabidurìa. Quizá allì está la esencia del equilibrio que necesitamos en el Perú.

 

 


[1] – Bateson, Gregory (1979); “Espíritu y naturaleza. Una unidad necesaria”. Amorrortu editores. Buenos Aires

[2] – Bateson, Gregory (1979);  op cit.

[3] Giddens, Anthony (1990); “Consecuencias de la Modernidad” Cambridge University Press, Cambridge.

Rosabel M. Maza / Lima, Perú
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