Dra. Rosabel Maza

10. Las acciones humanas y su auténtico contenido moral – Kant

Por: Rosabel Maza

Las acciones humanas y su auténtico contenido moral

Hemos analizado esta pregunta sobre la base de la lectura del libro la Fundamentación de la metafísica de las costumbres de Kant.

Desde el prólogo de la Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Kant (2003) deslinda su proyecto de una filosofía empírica que se arraiga en fundamentos de la experiencia[1] ; de una filosofía pura, que presenta sus teorías derivándolas exclusivamente de principios a priori. Aquella que se limita a determinados objetos del entendimiento, es la metafísica. Es aquí, donde se inscribe el desarrollo de este texto: es decir en fundamentar la metafísica de las costumbres.

Su interés partió en elaborar una filosofía moral pura, que esté limpia de lo empírico y pertenezca a lo antropológico[2]. Aquella que tenga la idea común del deber y de las leyes morales, es decir, leyes morales que tengan una necesidad absoluta de existir, sin que el hombre pudiera desentenderse de ellas , sino derivarlas a priori, exclusivamente en conceptos de la razón pura. De esta forma:

“…las leyes morales , con sus principios, diferéncianse, en el conocimiento práctico, de cualquier otro que contenga algo empírico; y esa diferencia no sólo es esencial, sino que la filosofía moral toda descansa enteramente sobre su parte pura, y, cuando es aplicada al hombre, no aprovecha lo más mínimo del conocimiento del mismo – antropología-, sino que le da, como a ser racional, leyes a priori” Kant(2003)pg14.

Kant considera a la experiencia, como aquella que ejecuta ese “Juicio” bien templado, que le permite distinguir en qué casos es moral y en qué casos no. En esta búsqueda de descubrir el origen de los principios prácticos que están a priori en nuestra razón, Kant, considera que a pesar de estar las costumbres dispuestas a corrupciones, existe un hilo conductor y una norma suprema capaz de un exacto enjuiciamiento.   Es aquí, donde “la  metafísica de las costumbres debe investigar la idea y los principios de una voluntad pura posible y no las acciones y condiciones del querer humano en general.”Kant(2003) pg 16.

Después de esta introducción, paso a explicar cómo en la fundamentación intenta la investigación del principio supremo de la moralidad.

La ética para Kant, es aquella moral que no se funda en la experiencia sino en principios a priori independientes de la experiencia. Esta última es la verdadera moral, si alguien obra bien es quien actúa de acuerdo a principios prácticos que los extrae de nuestra razón a priori, independientemente de la experiencia. Hablaría de una <inscripción> a priori donde el obrar se funda en la razón pura práctica.  La buena voluntad[3] es aquella que rectifica y acomoda a un fin universal[4], la influencia de la felicidad -que provee satisfacción con el actuar bien- pero sobre todo taimándola, ya que cuando se desborda, pierde sentido. La voluntad es el principio todo de la acción.

Kant (2003) considera a la buena acción, como buena en sí, es decir, le da un valor absoluto a la voluntad. El hombre que más se preocupa por el propósito de gozar de la vida y alcanzar la felicidad, más se aleja de la verdadera satisfacción porque su meta, se distancia de la esencia en sí, que es la moral. Aquí, la razón ingresa como una facultad práctica que tiene influjo sobre la voluntad [5], otorgándole a la razón, el objetivo de producir una voluntad buena, buena en sí misma. Esta voluntad ha de ser el bien supremo y la condición de cualquier otro, incluso del deseo de felicidad. Lo que interesa es la buena voluntad más que el acto mismo. Si el hombre procede por inclinación o hacia un fin, no está obrando moralmente, porque el objetivo del comportamiento del hombre debe tener el fin del deber por sobre cualquier otra inclinación. La moral, entonces, está regida por una ley que dice así: Mi manera de obrar debe considerar una máxima que deba convertirse en una ley universal. Si no es así, no es moral.

“Si un ser racional debe pensar sus máximas como leyes prácticas universales, no puede pensarlas sino como principios que contengan el fundamento para determinar la voluntad, no según la materia, sino según la forma”[6]Kant(2005)pg90

Esto quiere decir que la materia del principio práctico es el objeto de la voluntad. El objeto es fundamento de la voluntad. Si se rige por el placer/displacer, la voluntad se rige por lo empírico y no sería una ley práctico; más bien, si la ley se despoja de la materia, es decir, de cualquier objeto de la voluntad, queda sólo la simple forma de la legislación universal. De tal manera que esta legislación universal se convierte por sí misma en leyes prácticas.

Kant (2003) considera que la verdadera moral no se funda en la experiencia sino en el principio universal a priori[7]. Debemos obrar por deber y no atender a la finalidad del obrar.  Este principio, llamado imperativo categórico[8], vale para los deberes con uno mismo como para los deberes con los demás. El principio, es universal, se obra usando la humanidad, tanto de nosotros mismos, como de cualquier otra persona, con un final único y no con temor. En realidad, la voluntad es buena cuando se rige por una máxima que no dependa de fines, ni inclinaciones, ni leyes ajenas a ella, esto la hace no heterónoma[9]. Es todo lo contrario, autónoma, pues tiene su propia ley para regirse, es un principio universal dado.

La voluntad no está sometida a la Ley, se legisla a sí sola. [10] Es decir, el principio de toda voluntad humana debe equipararse a una voluntad legisladora a través de sus máximas . De esta manera explica Kant (2003) cómo la legislación universal no se funda en el interés , sino que es incondicionada. Así, el ser racional miembro de una legislación universal en la que está también sujeto a ella. No está sometido a la voluntad de otro. La moralidad es la relación de sus acciones con esa legislación por la cual es posible un reino de los fines, en el que la ley de cada uno, es tratarse a sí mismo, y tratar a todos los demás, nunca como simple medio, sino siempre al mismo tiempo como fin en sí mismo.[11] De aquí elaboraré la segunda pregunta. Haré un cierre final desde mi perspectiva.

Rosabel M. Maza / Lima, Perú
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