Dra. Rosabel Maza

21. La integración en el Tao

Por: Rosabel Maza

La integración en el Tao  

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Mg. Rosabel Maza

 Revisaremos la noción de integración a través del Taoismo. Buscaremos coincidencias con la noción de integración en el psicoanálisis.

 LXII

¿Deseas alcanzar el Tao puro?
Entonces debes comprender e integrar dentro de ti las tres mayores energías del universo. 
La primera es la energía terrenal. Centrada en las entrañas, se expresa como sexualidad. Los que cultivan y logran maestría sobre la energía física alcanzan pureza parcial.

La segunda es la energía celestial. Centrada en la mente, se expresa como  nocimiento y sabiduría. Aquellos cuyas mentes se juntan con la Mente Universal también alcanzan pureza parcial. La tercera es la energía armonizada. Centrada en el corazón, se expresa como intuición espiritual. Los que desarrollan intuición espiritual también alcanzan pureza parcial. Sólo cuando alcanzas las tres – maestría de la energía física, mentalidad universal e intuición espiritual – y las expresas en una virtuosa vida íntegra, puedes alcanzar el Tao puro.

 LXV

La interacción entre Yin y Yang dentro de la vientre de la Madre Misteriosa crea la expansión y contracción de la naturaleza. Aunque todo el universo es creado por esta danza reproductiva, es solamente una pequeña porción de su ser. Su corazón es el corazón universal y su mente la mente universal. La función reproductiva es también parte de los seres humanos. Porque el Yin y Yang no se hallan completos en nosotros como individuos,  nos emparejamos para integrarlos y dar luz a vida nueva.

Aunque la mayor parte de las personas pasan sus vidas enteras en seguir este impulso biológico, es también solamente una pequeña porción de nuestros seres.
Si nos mantenemos obsesionados con simientes y ovas,
nos unimos con el fértil valle reproductivo de la Madre Misteriosa  pero no a su inmensurable corazón ni a su mente omnisciente. Si deseas unirte a su corazón y a su mente   deberás integrar Yin y Yang dentro de ti y refinar su llama hacia arriba.

Entonces tendrás el poder para fundirte con el ser entero de la Madre Misteriosa. A esto se le llama evolución verdadera.

LXVI

La primera integración de Yin y Yang es la unión de simiente y ova dentro el vientre. La segunda integración de Yin y Yang es la unión sexual de macho y hembra maduros. Ambas tratan con carne y sangre y todo lo que se concibe en este reino deberá algún día desintegrarse y desvanecer. Es solamente la tercera  integración que da a luz a cosa inmortal. En esta integración un individuo altamente desarrollado  une las energías sutiles internas de Yin y Yang,  bajo la luz del conocimiento espiritual. Por medio de las prácticas de la Vía Íntegra,   él refina su energía bruta y pesada en algo etéreo y liviano. La luz divina tiene la capacidad de penetrar  al poderoso océano  de la energía espiritual y sabiduría completa que es el Tao. La nueva vida creada por la integración final es auto-conociente pero sin Ego, capaz de habitar un cuerpo sin atarse a él y  guiado por la sabiduría en vez de la emoción. Entero y virtuoso, nunca puede morir.

LVIII

Sin que la mente, el cuerpo y el espíritu estén igualmente desarrollados y llenamente integrados, ninguna cumbre espiritual o estado de iluminación puede mantenerse. Por esto es que religiones e ideologías extremistas no dan fruto.

Cuando la mente y el espíritu son forzados a tomar austeridades no naturales o adherencia a dogmas externas, el cuerpo se hace enfermo y débil y se convierte en traidor hacia el ser completo. Cuando el cuerpo es enfatizado excluyendo la mente y el espíritu, ellos se hacen como serpientes arrinconadas: frenéticos, explosivos y venenosos a la persona misma. Todo desequilibrio como estos inevitablemente dan al agotamiento y a la expiración de la fuerza vital.  Toda cultivación propia incluye la integración holística de mente, cuerpo y espíritu. Balanceando Yin y Yang por medio de las diferentes prácticas de la Vía Íntegra,  uno alcanza unidad completa por dentro y por fuera.  Esto se manifiesta en el mundo como equilibrio perfecto y gracia perfecta.

Intentaremos revisar la noción de “integración” del tao, como entidad filosófica y religiosa.  Como filosofía, se concibe al tao hacia la naturaleza en la que se medita sobre un Orden Natural, que a su vez es la integración de todo lo existente. Como religión, el tao integra la vieja religión popular china con la mayor parte de sus creencias en un amplio sistema religioso. El taoísmo se instala en China a partir de chamanes y magos que desempeñan la religión ctónica. /tierra/ e integra elementos del budismo dentro de un sistema organizado.

Entendemos que el taoísmo religioso integra al taoísmo filosófico. Así, el humanismo y la mística se integran en su búsqueda de lo espiritual, mantienen un ideal de libertad interior y abren la puerta a la exploración mística de realidades invisibles. El tao busca un sentido a la vida, los taoístas huyen del mundo externo para instalarse en un mundo interno. Desde allí , la armonía de la persona misma y con la naturaleza le da al hombre la armonía para desempeñarse con la sociedad.

“Del tao proviene todo sentido, es el último elemento libre, que se rige sólo por sí mismo”.[1]

Tao es la esencia del primer principio: “lo que está más allá de las formas y las figuras”. Pensar en el tao, es pensar sobre el pensamiento.[2] Podríamos hablar que es un meta-pensamiento. Lo innominable, no puede ser expresado con palabras, sino no sería eterno.  Esta reducción ontológica nos señala, que si iniciamos el camino hacia el mundo fenoménico, partiendo de la absoluta indeterminación del tao, (siendo éste incognoscible e inefable), concebido como misterio de los misterios, debemos transitar dentro del proceso donde el principio ordenador, a través de su permanente movimiento, de cuenta de la actividad creadora del tao, en donde éste es origen y sustento de todo lo existente. Origen y todo, integrados en el tao. Podemos decir que el tao  es un Todo que no es Nada y una Nada que no es Todo.

De allí, nos atrevemos a sugerir un proceso evolutivo en nuestra discusión.

Tao –> El Uno –> Ying-Yang –> Cinco elementos –> Seres.

Lao Zi dice “Lo innominable es el comienzo del Cielo y la Tierra; lo nominable es la madre de todas las cosas…. Del tao nacen todas y cada una de las cosas.”[3] En esta perspectiva, la metafísica taoísta se refiere al tao como unidad primordial, es lo “primero que todo”, es el origen, en el que se combina la totalidad del Ser con toda su heterogeneidad. No podemos hablar del Ser ya que estaríamos describiéndolo. Es en ese sentido, que el  tao se manifiesta ontológicamente como el Uno, como el absoluto metafísico  que abandona su condición de No-ser y  se dirige hacia el Ser como potencialidad.

“Todas las cosas en el mundo nacen de Ser (you) ; y Ser nace del No-Ser ( wu)”

Lao Zi ( Capitulo XL) [4]

Este dicho de Lao Zi no confirma un periodo de No-ser, y que luego el Ser nació del No-ser, significa que hay un Ser antes que pueda haber algo.  No-ser es donde nace todas las cosas y antes de la existencia del Ser, deber haber un No-ser donde nace el Ser. No hay relación con el tiempo y la realidad, en ellos, no hay Ser, sólo hay seres. Por ello el tao es origen de todos los seres.

El Uno resume el espacio indefinido, que la metafísica tradicional, carente de determinaciones particulares del ser absoluto, se ubica conceptualmente en la nada. Cuando el  tao es asido como la Unidad Primordial, es Uno Superior[5], es eterno y verdadero, con él se vivencia el No-ser, lo Innominable, y así permite el paso al Ser, sin haberse aún manifestado. El Uno está como un estado latente, carente de determinación particular. Este es el sentido ontológico que el taoísmo le da al Uno: es la Unidad Primordial y previa a todo lo existente.

Es importante tomar en cuenta la dualidad yin yang dentro del marco doctrinal del taoísmo metafísico. Esta dualidad, dentro de la cosmovisión taoísta, significó un avance del pensamiento chino. Así, la estructura filosófica taoísta determinada por el concepto de la unidad de la existencia, nos permite integrar la dualidad en su estructura.

La cosmovisión filosófica de El Uno engloba la unidad de la multiplicidad desde la forma de unidad de la existencia. Su visión de  la existencia, en su profundidad, encarna lo Absoluto. Así, la dualidad de los contrarios, suman para conformar la Unidad. Lao Zi introduce la  idea de reversión y se refiere a ella como el movimiento del tao. Reversión que permite el movimiento de los contrarios.

Para el taoísmo, lo captado por la mente en el plano físico, si bien son formas fenoménicas de lo Absoluto y son la Existencia, no revelan la profundidad metafísica real de ésta. Para ellos, la idea de una voluntad divina no era ausente,  empezaron a referirse al Señor de Arriba, y más tarde, al Cielo. Pero optaron por la nominación del soplo, que fenomenológicamente, les permitía pasar a una concepción unitaria y orgánica del universo vivo donde todo se enlaza, todo se sostiene gracias a él. Esta es una entidad dinámica, capaz de engendrar la vida, a la vez que el espíritu y la materia, el Uno y lo Múltiple, las formas y su metamorfosis.

El soplo es la unidad de base que estructura todos los niveles de un sistema orgánico. A nivel físico, las materias vivas son concebidas como condensaciones de diferentes soplos vitales. A nivel ético, cuando uno está movido por el soplo íntegro hay una integración de las virtudes .

El tao engendra el Uno

El Uno engendra el Dos

El Dos engendra el Tres

y el Tres engendra los diez mil seres

Lao Tsé [6]

 El tao en su origen determina al Vacío original de donde se desprende el soplo primordial que es El Uno. El Uno se divide en dos soplos vitales que son el Yin y el Yang. El Yang, que corresponde al principio de la fuerza activa, y el Yin, que corresponde al principio de la dulzura receptiva. Ellos poseen la virtud de engendrar, para luego considerar al Dos, quien engendra al Tres como aspecto armónico y contrapuesto que garantiza la unidad esencial del mundo. Ya que el Tres no es otro que el soplo del Vacío-central.  Esto constituye la diversidad fenoménica de los seres que suman la realidad inmediata.

Según Lao Zi, el soplo actúa en el Vacío-central, el Yin y el Yang dentro de él, interactúan y acceden a su transformación mutua. Esta disposición abierta e interactiva de fuerzas opuestas nos permiten consolidar la idea de dinamismo en el espacio del Vacío-central, es un espacio de intercambio y cambio, un proceso

Es así que en este contexto, la cosmovisión taoísta refuerza la dualidad intrínseca dentro de toda manifestación de lo real. Es la base de toda concepción dialéctica y exigencia de todo movimiento y cambio. El taoísmo filosófico integra al universo con el concepto Tian Di, cielo y tierra, que componen la totalidad de la naturaleza en el sentido del mundo material.  No se oponen al mundo del pensamiento, en el taoísmo, cielo y tierra, también constituyen una misma identidad tanto en lo espiritual como en su aspecto fenoménico. Tian es cielo, esencia celeste y Di es tierra y sustancia terrestre, ambos atributos de la misma identidad cósmica.  Este concepto dual del mundo del Ser, es también inmanente a todos y cada uno de los seres que conforman la realidad ya que aluden al plano metafísico de todo cuanto existe, el Yin y el Yang. “El tao, es la energía subyacente a todas las cosas. Fundirse en el tao es sacar energía de esta fuente de vida”[7].

Podríamos preguntarnos, ¿cómo se da la integración en medio del cambio contínuo? Ciertamente el tao implica movimiento, marcha permanente, pero, ¿hay algo constante que no cambia?  Lao Tsé dice quelo que no cambia es el Vacío mismo”. Es decir, el vacío vivificante donde se origina el soplo. Incluso, el taoísmo de la Realidad Completa de Wang Chúng-yang propone vaciar la mente de pensamientos, minimizar los deseos y liberarse de las ataduras…para almacenar, refinar y hacer circular la energía interna. [8] Allí, donde el no-poseer un Nombre tiende  hacia el-tener Nombre; lo que es sin-tener Deseo tiende constantemente hacia el-tener Deseo. Entendemos que el verdadero Ser es el no-ser y la verdadera vida es el impulso mismo hacia ella misma. Lo único constante, es el Vacío donde surge constantemente el soplo.

Lo más tierno en este mundo

Domina lo más duro.

Solamente el no-ser puede penetrar en lo impenetrable

En eso se manifiesta la virtud del no-hacer

Aprende la enseñanza del silencio

Y tendrás la ventaja del no-hacer.

Muy pocos bajo el cielo comprenden su importancia.

XLIII Confucio[9]

Quisiera detenerme en este aspecto donde el Vacío es una fuente donde se generan constantemente sustancias vivas y fenómenos abundantes. El tao sostiene el yin y el yang, el sin-nombre y sin-deseo[10], como el tener nombre y deseo. Considero que buscan conectar lo visible con lo invisible, lo eterno con lo finito. El Vacío transforma al sujeto en proyecto, tendiendo hacia lo inesperado, a lo infinito. La verdadera realización no se relaciona con lo conmensurable, ni a través de una relación con lo finito, sino a través del ir y venir, la comunión total con el universo viviente. Esto lo logra el hombre en su capacidad innata del soplo.

Hasta ahora hemos recorrido a través de la ontología taoísta. Ahora ahondaremos en su dimensión moral, es decir, introduciremos la doctrina de wu wei (el camino de no-actuar). Esta propone una acción que está en armonía de un fluir natural, al despliegue de la Naturaleza, no es una parálisis, su acción no es regida por fines. Sobretodo, es una transformación sin contienda.

El camino es inactivo , pero lo hace todo.         Yamage XXXVII[11]

El discurso psicoanalítico aborda el orden simbólico a través de su falla. Es decir, que el psicoanálisis apuesta al vacío. No dejo de hallar acercamientos entre el taoísmo y el psicoanálisis. La herramienta que usa, la interpretación, deriva de la teoría del conflicto y se sustenta en los hallazgos relacionados con las carencias y aspectos deficitarios de desarrollo. Hacer consciente lo inconsciente, integrar partes yoícas antes escindidas, hacer que el Yo esté donde antes era el Ello, son maniobras que integran lo antes separado. [12] Operan en el sentido de las pulsiones de vida o Eros, favoreciendo la ligadura y la unión. El crecimiento psíquico es inacabable.

Otro aspecto fundamental del trabajo psicoanalítico, son las interpretaciones que promueven el insight de los analizandos, haciendo visible lo invisible e integrando a través de la elaboración. Observamos este camino ascendente-descendente, que va concadenándose hasta llegar al Ser. (Freud, 1914, Recuerdo, repetición y elaboración). Todo ello, a fin de vencer las resistencias del Ello y favorecer la conceptualización.

Podría considerar un camino armonioso de un fluir natural, la capacidad de análisis que se produce en un espacio psicoanalítico. Supone, una transformación que se da con el ejercicio que el individuo busca un sentido reorganizador de su vida, en la que se instala en el reconocimiento, elaboración e integración de su mundo interno. El psicoanálisis intenta captar el discurso del inconsciente, su práctica clínica y método de investigación pretende un desarrollo personal a través de la integración. Considero la indeterminación del tao como un misterio que se sostiene a sí mismo y permite una llegada a la comprensión ontológica del Ser, quizás no tan incomprensible para el psicoanálisis.

Nota final:

Sólo como curiosidad, presento las prácticas holísticas  de los maestros chinos que integran ciencia, arte y desarrollo espiritual personal. Mente, cuerpo y espíritu participan igualmente en ellas. Ellas incluyen:

1. Yi Yau, la ciencia de sanación que incorpora diagnosis, acupuntura, medicina herbal, dieta terapéutica y otros métodos;

2. Syang Ming, la ciencia que predica el destino de una persona por medio de observar las manifestaciones físicas exteriores de su cara, esqueleto, palmas y voz;

3. Feng Shui, la ciencia que discerne los sutiles rayos de energía que se hallan presentes en una localidad geográfica para determinar si ellos soportarán de manera adecuada las actividades de un edificio o pueblo que se construya allí.

4. Fu Kua, la observación de las sutiles alteraciones de Yin y Yang para el propósito de formar decisiones las cuales sean armoniosas con los aspectos aparentes y los no aparentes de una situación. La base de Fu Kua y toda práctica Taoista es el estudio del I Ching o Libro de Cambios.

5. Nei Dan, Wai Dan y Fang Yung, las ciencias que refinan la energía personal de uno por medio de la alquímica, química y el cultivo de energía sexual balanceada.

6. Tai Syi, la ciencia de revitalización por medio de técnicas de respiración y visualización;

7. Chwun Shi, la transformación de la esencia espiritual de uno por medio de mantener los pensamientos propios en acorde con la Fuente Divina;

8. Shu Ser, el afinamiento de la vida diaria propia al ciclo de rayos enérgicos universales.

9. Bi Gu, la práctica de ayunar durante ciertos días para coger energía vital emanente de las posiciones armonizadas de ciertas estrellas.

10. Sau Yi, la ciencia de acoger unitud íntegra transcendental para lograr el concebir de la Perla Mística.

11. Tai Chi Ch’uan, la práctica de ejercicios físicos para inducir y dirigir flujos enérgicos dentro del cuerpo para lograr maestría de cuerpo, respiración, mente, los órganos internos y Vida y Muerte.

12. Fu Chi, la ciencia de reformar y refinar la energía de uno por medio de alimentos puros y yerbas;

13. Chuan Se, la visualización interna de la unidad del ser interno y del ser externo de la persona;

14. ‘Dzai Lling, la purificación de la energía propia por medio de prácticas ascéticas;

15. Fu Llou, el dibujo de imágenes místicas y la escritura y recitación de invocaciones místicas para el propósito de evocar una respuesta del reino sutil del universo;

16. Tsan Syan, el proceso de disolver el Ego y de conectar con la Gran Unitud por medio del estudio de escrituras clásicas y diálogo diario con un maestro iluminado;

17. Lyou Yen y Chi Men, las ciencias místicas del enlace de energía con el propósito de infuenciar las interacciones externas.

De estos, el más importante para los principiantes es el estudio del I Ching, lo cual permite que uno pueda percibir las influencias ocultas en cada situación y, así, establecer una balanceada y espiritualmente avanzada manera de responder a ellas.

 

 

Todos son procesos para alcanzar el Tao.
El estudiarlos es servir la unidad, armonía y sabiduría universales.


[1] Wilhelm, Ridcardo, 1926. Laotsé y el Taoísmo. Revista de Occidente. Madrid.

[2] Youlan, Feng: Breve Historia de la Filosofía China. Ediciones en Lenguas Extranjeras. Beijing. 1989 pag 127

[3] Op cit. 1989. Pag 129

[4] Op cit 1989 pg 130

[5] Op cit 1989 pg 131

[6] Tzu, Lao , 1988, El Tao Te Ching,  traducido Onorio Ferrero. Segunda edición. Editado por Ignacio Prado Pastor.

[7] Wong, Eva. Taoismo. Ediciones Paidós Ibérica. SA Barcelona 1998

[8] Op cit pg 99

[9] TZU, Lao , 1988, El Tao Te Ching,  traducido Onorio Ferrero. Segunda edición. Editado por Ignacio Prado Pastor.

[10] Op cit pg 99

[11] García Víctor, 1988. La Sabiduría Oriental. Taoismo, Budismo, Confucianismo. Segunda Edición. Editorial Cincel. Madrid.

[12] Salles, Manuel,  2001. Manual de terapias psicoanalíticas en niños y adolescentes. Edición Piados. Bs.As.

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