Dra. Rosabel Maza

15. ¿Ética de la comunicación o ética de la interpretación? – Vattimo

Por: Rosabel Maza

¿Ética de la comunicación o ética de la interpretación?

Reflexión a partir del autor Gianni Vattimo.

La ética es un tema de reflexión  dentro de la posmodernidad,  especialmente tocado  por el  paradigma filosófico de la hermenéutica que  intenta ofrecer una propuesta con ella. La hermenéutica ha hecho un intento por orientarse en un sentido ético, principalmente dirigido hacia una ética de los bienes, y no hacia una ética de los imperativos.

Es central el análisis que presenta a la posmodernidad como una propuesta problematizadora del pensamiento occidental. Gianni Vattimo, presenta la posibilidad de una propuesta ética en el actual contexto posmoderno, en medio de una crisis de desfundamentación del pensamiento o final de la metafísica, y abre posibilidades al quehacer ético y filosófico.  Para ello profundiza en el quehacer posmoderno, donde el pensar se presenta como una propuesta y no como una valida opción. Muestra una situación desfundante de la actividad filosófica y social . La verdad, realidad, sujeto, ética, ser, son proposiciones fuertes y fundantes de la metafísica que han sido ahora reestructuradas . Para Vattimo, una ontología nihilista es lo  fundante-desfundante  de la actividad filosófica. Podría entenderse como una especie de relativismo, sin embargo, Vattimo lo ve como una posibilidad ética. Una posibilidad que abre la alternativa de los dialógicamente diverso, de lo plural que está afuera de las estructuras tradicionales de justificación metafísica.

Gianni Vattimo considera a la interpretación como  un acto de traducción de los varios logoi -discursos de los lenguajes especializados, como de las diversas esferas de intereses y ámbitos de racionalidad autónomos- en el que se tiene una conciencia común, es decir, parte de valores compartidos por una comunidad histórica que se representan en la lengua. A partir de ello, propone llamar ética de la comunicación, en contraste con la ética de la interpretación, a aquella dominada por un prejuicio metafísico trascendental, que no asume la historicidad de una manera radical, sino, más cercana a Apel y Habermas, que afirman que la experiencia resulta posible, gracias a un a priori, el de la comunicación ilimitada o acción comunicativa.

Lo valioso del pensamiento de Vattimo es que hace surgir diversas preocupaciones éticas, ya que él propone que el pensamiento presenta ciertas  características de debilidad que se alejan de los referentes fuertes y metafísicos, y la condición débil del pensar, se muestra como un contexto que hace necesaria la ética incluso en un contexto de por sí ético.

Concluye que posmodernidad y ética se corresponden. Establece parámetros donde la ética es importante en la vida de los hombres, en la sociedad y la política y contexto histórico de todos los tiempos. Pensar la ética en la posmodernidad es pensar en la hermenéutica. La hermenéutica es una actividad ética y la ética se ejerce en la hermenéutica. La hermenéutica, entendida como interpretación, es donde la ética tiene un lugar en el posmodernismo. Es verdad que la hermenéutica desautoriza al sujeto idealista, pero no lo torna disponible a la investigación científica positivista.  En la hermenéutica el  yo es asignado a su constitución intersubjetiva. Esto significa que lo que concierne no puede ser objeto de descripción estructural sino que se da como un destino.

Vattimo pide renunciar al ideal metafísico del conocimiento, plantea en cambio, buscar a  un sujeto a histórico en el que la ética de la comunicación pueda ser considerada como una salida apropiada para la vocación moral de la hermenéutica. Eticidad e historicidad coinciden. Y la hermenéutica puede seguir su vocación ética sólo siendo leal a la historicidad. La hermenéutica debe reconocerse como el pensamiento de la época final de la metafísica. Vemos como única certeza que hemos heredado de la modernidad la capacidad de reconocer nuestros límites, nuestra falta de fundamentos, y el fuerte sesgo de encuadrar al mundo,  la sociedad, al hombre, la religión y la filosofía como proposiciones relativas que debilitaron los fundamentos fuertes y los convirtieron en débiles.

Sin embargo, subraya la importancia de la comunicación, a través de la convicción de Habermas y cita que una vida humana alcanza su quietud y perfección sólo cuando reencuentra en su praxis el camino hacia la comunidad de los hombres que es anterior a ella. Hegel concibe que el proceso de comunicación es el proceso de reencuentro del yo con la comunidad en términos más intimistas. Habermas, agrega, lo concibe en términos de existencia política y de discusión racional. Vattimo añade que la intrínseca vinculación de la ética de la comunicación con la metafísica moderna es el despliegue pleno de la subjetividad. Despliegue que se asocia a la autotransparencia, y se asocia a la idea de comunidad, es decir un sujeto sobre un plano social.

La posmodernidad pretende no  sólo ser relativista y escéptica, sino que es un grito no violento, una propuesta ética. Estamos en una época de crisis y de nuevas esperanzas, esperanzas de diálogo, interacción entre iguales y diferentes pensamientos, culturas y religiones y estados. Aparecen las posibilidades hacia una filosofía intercultural no centrada en culturas hegemónicas modernas con pretensiones de poseer la verdad.

Probablemente, la caída de los metarelatos, y propuestas no universalizantes, no hegemónicas,  permitieron al pensamiento posmoderno el perfil de poseer tener y de conceptualizar para que se halle el conocimiento de la verdad. Sobre todo, permitir que el pensamiento no se diluya en lo vago y lo superficial si no que se desee acceder a un reflexionar filosófico.  En la ética de la interpretación Vattimo , se pone énfasis en considerar la posmodernidad como el fin de la historia,  coincidiendo con Lyotard.

Finalmente, Vattimo, se presenta en la posmodernidad como un resaltador de la comunicación como carácter central.  La posmodernidad marca la superación de la modernidad, que trajo el debacle de  concepciones unívocas de los modelos cerrados que configuraban grandes verdades o fundamentos consistentes. Ahora, la posmodernidad trae un destino diferente, busca la tolerancia a la diversidad, según Vattimo. Resulta que el pensamiento metafísico, fuerte, de cosmovisiones filosóficas  transmuta a un pensamiento débil, a un nihilismo despreocupado en el que se toma la reposición de la ética como destino de hombre inserto en la cultura y sociedad.

Rosabel M. Maza / Lima, Perú
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