Dra. Rosabel Maza

6. Consecuencias de la Modernidad – Giddens

Por: Rosabel Maza

Consecuencias de la Modernidad

Hemos hecho una revisión y comentarios del artículo que Anthony Giddens escribiera con el título Consecuencias de la Modernidad.

Anthony Giddens desarrolla un análisis institucional de la modernidad, poniendo  énfasis en lo que respecta a los elementos culturales y epistemológicos de la misma. Define a la modernidad como  los modos de vida y organización social que surgieron en Europa a partir del siglo XVIII. Asocia a la modernidad a un período de tiempo y a una localización geográfica cuyas consecuencias se expresan en manifestaciones concretas a nivel mundial. La modernidad nos empuja a analizar sus características  ya que sus consecuencias y alcances merecen ser revisadas.

Me quisiera central en la reflexión que Giddens hace en torno a los problemas de seguridad, peligro, fiabilidad y riesgo imbricados en la modernidad. Si bien ésta intentó velar a los ciudadanos, lo que trasciende a la misma modernidad, es una era con un nuevo tipo de sistema social que se centra en los bienes de consumo y cuya preocupación central descansa en la información. Y todo ello, lo que ha logrado es distanciar a la ciencia de un lugar privilegiado y más bien lograr un conocimiento generalizable de la vida social y de modelos de desarrollo social que desorientan a los ciudadanos y escapan a neutro control. Es posible percibir los contornos de un orden nuevo al que Giddens le llama el postmodernismo, sin embargo, recién se está configurando aunque tiene una interpretación discontinua del desarrollo social moderno. No es un camino lineal, sino dialéctico circular en el que los efectos producidos han sido contradictorios a los que se buscaron originalmente.

Lo tradicional y lo moderno, a pesar que intentan quebrar el uno con el otro, son reformulaciones y continuidades. Giddens hace bien al interpretar que la línea evolucionista de la historia que plantea una ruta lineal no resuelve la unidad que lo tradicional con lo moderno realizan. Si bien hay discontinuidades entre lo tradicional y lo moderno, en ritmo, ámbito y naturaleza intrínseca de las instituciones, éstas son transformaciones que la historia va haciendo en medio de su propia reconstrucción. Los ciudadanos retoman lo pasado y lo van adaptando y cambiando según su ideosincracia y cultura. Es valioso entender estos dos lados diacrónicos y al mismo tiempo sincrónicos de lo tradicional y lo moderno. Uno no elimina al otro, lo contiene y lo versatiliza.

Por otra parte, está aquello que simboliza lo seguro dentro del contexto de la modernidad. La modernidad es un fenómeno de doble filo, dice. Si bien las instituciones se han preocupado por garantizar a los eres humanos una existencia más segura, también los ha expuesto a un lado sombrío. Esto me hace renombrar aspectos de nuestra práctica constante que nos expone a una lucha entre la vida y la muerte.  El planteo es desde el psicoanálisis que entiende esta lucha a través de la pulsión de vida Eros y la de muerte Tánatos. Estas son ambas inherentes a los seres humanos, y por ende a las instituciones. Estamos atravesados por el lenguaje, la cultura y sus producciones. Esta mirada puede también transcurrir en el reconocimiento de una necesidad de fiar y confiar y otra en el riesgo y peligro al que nosotros mismos nos exponemos en la modernidad.

Regresando a Giddens, señala que la fiabilidad está presente en las acciones de los sujetos comunes y corrientes, con respecto a los sistemas expertos que han surgido en la modernidad. Sin embargo, toma especial atención en el considerarlo como “doble filo” ya que también hay un lado sombrío en la modernidad. El desarrollo de las instituciones sociales modernas y su expansión mundial han creado una necesidad de existencia más segura, sin embargo, el coste de oportunidad y la expansión del industrialismo, así como el progreso material no sólo expanden la creatividad y la autonomía individual, sino también acercan a los individuos a mayores riesgos y la convivencia en un ambiente de potencial destrucción del medio ambiente, como un uso arbitrario de poderes, tanto a nivel político, militar, desbordándose los mecanismos tanto para protección como para sabotearlos. Pienso que es imposible construir un modelo sin desarrollar criterios de compensación y limitaciones para balancear tanto las necesidades como las censuras y prohibiciones que son básicas para la convivencia, al estilo Hobbesiano.

Otro aspecto importante que señala Giddens es el de concebir a la modernidad como un fenómeno reflexivo, en constante reestructuración teórica, práctica y ontológica. La modernidad implica una revisión constante de los sistemas sociales, cuestionándose una y otra vez. Este aspecto es para mí central. No sólo para la construcción de su significado, sino para la elaboración del significado de lo que la postmodernidad tendría. La revisión diagnóstica de la modernidad es necesaria para identificar sus fuerzas transformadoras. Entre ellas, el capitalismo para Marx, la industrialización para Durkheim, el capitalismo racional para Weber. Aunque Giddens, se centra en la racionalización como la manera de expresión más general, y la ubica como una expresión multidimensional de las instituciones.

En la capacidad reflexiva de la modernidad se identifica su imposibilidad por  aprehender de las tradiciones y reformularlas en el presente, activando el pasado con un sentido, un valor y misticismo. No obstante sí hay una preocupación de revisión de las prácticas sociales ya que son examinadas y reformuladas, aunque no tienen relación con la tradición  o cohesión de sociedades más integradas.

Cuando Giddens habla de post modernidad, lo hace como una transición y reformulación de la modernidad. Las ciencias sociales mantienen una dinamicidad enorme, por lo que condicionan cambios constantes y reformulaciones teóricas. El concepto de post modernidad, es visto como un proceso actual que refleja el surgimiento de un nuevo ordenamiento social, político, cultural y global. Este nuevo orden supera o trasciende la modernidad

Mi más alto interés en la lectura se centra en el acápite de fiabilidad. Surge en lo cotidiano, sin embargo, es un término que tiene amplios usos, así como varias implicancias. Qué difícil tener estos grados de confianza y fiabilidad, en un mundo que maneja el riesgo sin discreción y que sobre todo, hace referencia a niveles pequeños de frustración y actitudes desafiantes a la modernidad. Tengo la sensación que a pesar que compartir con Luhmann, citado en Giddens que lo normal es la confianza, la necesidad de autoprotección y supervivencia en un ambiente que ha defraudado a sus propios ciudadanos, parecería una alternativa seria el vivir en un estado de permanente incertidumbre y tener suspicacia de las expectativas. Esto es lo que emana de sentimientos de defraudación y de reacción ante la desconfianza a las instituciones, a las coyunturas políticas, sociales y culturales.

Giddens tiene la riqueza de desarrollar  una gama de características relacionadas a la fiabilidad, en las que enumera su relación con la ausencia en el tiempo y en el espacio, situación que en la modernidad se vulnerabiliza y fragiliza por que la transparencia no se predica. Luego, acerca a la fiabilidad a la contingencia y no necesariamente al riesgo, situación que mide la probidad, el amor y el honor en tanto razón para fiar. Este es un tema crucial en las relaciones y particularmente, según Erik Erikson, en sus etapas de desarrollo emocional se dispondría de un balance dialéctico entre la confianza vs la culpa en todo ser humano como característica necesaria en sus primeras etapas de desarrollo saludable.

Prosigue Giddens en definir a la fiabilidad como necesaria en la fe en los sistemas de expertos, relacionándola a su buena actuación. Luego, instala al riesgo y al peligro como alternativas a contemplar en una acción. Ambas requieren de un manejo distinto de la fiabilidad, tanto de reducir  o minimizar los peligros, como de reconocer pautas de riesgo institucionalizacdas dentro del marco de la fiabilidad. Esta mirada, hace a los individuos capaces de advertir y medir sus acciones así como adherir una propuesta básica en sus actividades que contrarresten su afán consumidor y no sólo individualmente sino conjuntamente tengan criterios de realidad y no vivan en un mundo idealizado compensador de sus propias ambivalencias e inseguridades.

La lectura de Giddens sitúa a la post modernidad como una comprensión de la profundización y radicalización de las consecuencias de lo moderno. El intenta realizar un puente conceptual entre lo pasado, lo presente y lo futuro, en donde desarrolla virtuosamente características como la  continuidad y la  discontinuidad. En continuidad y discontinuidad modernas, el tiempo y el espacio adoptan un eje central.  Se plantea la discontinuidad a la teoría evolucionista puesto que es difícil hacer un ordenamiento según tiempo y lugar de los procesos que sobre todo, tienen un entramado complejo de acontecimientos humanos, más que una fórmula que delinea el futuro o una sucesión lineal de hechos. La transición de lo pre-moderno a lo moderno se caracteriza por lo vertiginoso de los cambios dentro de las relaciones humanas en las que el tiempo y el espacio han sido afectados. Propone que en modernidad ha traído como característica la división del trabajo internacional, y donde las relaciones productivas, diplomáticas, económicas, y culturales se han integrado mundialmente. Es decir, al cosmovisión se ha transformado en un reordenamiento de globalización a nivel de proceso histórico transformador. La  modernidad trae un desenvolvimiento económico y político que reestructura el tiempo y el espacio.

Otro tema central desarrollado por Giddens es la característica de desanclaje de la mayoría de las  acciones sociales que generan una reconstitución reflexiva y productiva de la sociedad moderna. Ella se halla configurada a partir de la separación tiempo-espacio, a las conexiones que existen entre la actividad social y su anclaje en diferentes contextos de presencia, que termina abriendo un abanico de posibilidades de cambio al liberar de las restricciones impuestas por hábitos y prácticas locales. Es posible así evitar las distancias intercontinentales y tener acceso al mercado gracias al entramado económico de alcance global.

Metodológicamente, Giddens describe dos enfoques teóricos. Uno de ellos, transmite un corte vinculado a relaciones internacionales y el otro es una teoría del sistema mundial.  Su primer esquema representa a las  dimensiones institucionales de la modernidad,  todas relacionadas entre sí, que simbolizan al Capitalismo, Vigilancia, Poder militar e Industrialismo. Tengo la impresión que el autor intenta un reordenamiento de las redes y relaciones bilaterales de cada uno de sus componentes.

Se puede visualizar el cuadro como un ordenamiento desigual, que puede ir teniendo desbalances tanto en las formas internas de cada estado nación, sino también dentro de todos los continentes. En esta dialéctica, el centro está identificado por un mundo hegenómico a nivel económico, político y militar a nivel mundial, y por una semiperiferia, por aquellos países que se relacionan con el capital y representan estados consolidados en el que hay interés para las inversiones. Estas naciones periféricas están incorporadas a  la modernidad de forma dependiente, aunque su estructura política aún no permite la consolidación de un Estado relativamente estable. (Centroamérica y peor aún en Africa).

La vigilancia la veo relacionada también al aspecto de fiabilidad antes mencionado tanto como a formas  de desenvolvimiento social necesarias como base de formas de organización social  modernas que contrarresten la violencia. El desenvolvimiento moderno del poder militar transmite una imagen como base de toda  negociación internacional dentro de una carrera armamentista global. Todo ello como contención de una catástrofe mundial inimaginable. Y por último, el industrialismo moderno se expresa como un control por sobre la naturaleza y por la creación de un entorno creado que nos ha separado de un entorno natural. El industrialismo, refiere, es una alianza entre tecnología y ciencia, en el que el desarrollo de la maquinaria y técnicas de producción, han configurado formas de organización productivas sin precedentes, en un sistema de producción donde el hombre y su trabajo eran influidas por la naturaleza.

Esta lectura globalizante, inter-dependiente, no es más que un esfuerzo de reordenamiento que Giddens intenta para diseñar una manera de ver las dimensiones de la mundialización. Conozco poco sobre otros esquemas, imagino que cada cual intentará hacer un diseño más o menos cognoscible que contenga las variables que considera elementales en su praxis. Encuentro en la simpleza del cuadro, un manejo claro de su propuesta. Es una búsqueda auténtica o un –audaz impulso- diría Freud, de postular una concepción particular del mundo, acaso no es, una construcción intelectual que busca resolver planteamientos acerca de las dimensiones de la mundialización. Es una búsqueda de estructurar el principio de orden universal que pretende una mirada totalizadora descriptiva de articulaciones que se dan en la actualidad. Si bien el psicoanálisis intenta “por sí solo suministrar una imagen completa del mundo….como ciencia especial,…., como psicología de profundidad… se refiere a su esfera particular de fenómenos y no tiene el poder dar a luz una concepción particular del mundo…” [i]Es decir, Freud vio una estructura en la que también estructuró un principio de orden universal.

Ambos, Freud y Giddens presentan una alternativa dialéctica hermenéutica de la realidad que se les presenta. El problema de la interpretación en cualquier discurso se relaciona a tensiones y contracorrientes dentro del mismo campo de estudio. Ambos buscan una comprensión de diferentes discursos, uno, el del puente entre modernidad y post-modernidad; el otro, una  interpretación y comprensión del significado del discurso de la conducta humana, dentro de las humanidades. Ambos enfoques, plantean una mirada hermenéutica que defina una comprensión de los problemas que aquejan una y otra disciplina, y lleven a postulaciones posteriores. El esfuerzo teórico de Giddens se sujeta a tener una revisión de datos y no especulaciones que tienen por finalidad crear una estructura que revise las dimensiones de la mundialización. Imagino que su recorrido hace verificable toda su postulación y por lo tanto hace inteligible aquellos elementos que conforman su estructura y modelo teórico, puesto que es exigente es su técnica de interrelacionar lo que simboliza el Capitalismo, la Vigilancia, el Poder militar y el Industrialismo. Este reordenamiento e interdependencia suponen una superestructura hermenéutica de la realidad actual que coincide con su perspectiva personal.


[i] Assoun, PL. 1982 Freud , La Filosofía y los Filosofos. Editorial Paidós, pg 35.

Rosabel M. Maza / Lima, Perú
Consultorio: 999120900 | e-mail: rosabelmaza@gmail.com