Dra. Rosabel Maza

14. Acerquémosnos al Príncipe de Maquiavelo

Por: Rosabel Maza

El Príncipe de Nicolás Maquiavelo

En su obra “El príncipe”, Maquiavelo desarrolla  su idea de concepción política de la práctica del poder. Teórico político del Renacimiento, que aporta a la modernidad con esta obra, en la que intenta mostrar a Lorenzo de Médicis, duque de Urbino (1492-1519), cómo debe desempeñarse para conseguir la unificación de Italia.

 Maquiavelo pone en claro la existencia de un hombre que posea la virtud política de saber aprovechar los tiempos de fortuna y de desechar los tiempos desfavorables. Y que éstos, superarán a la república, sin embargo, este hombre virtuoso desaparecerá al morir, aunque, la política bien establecida y organizada,  no.  Esta virtud, será parte de la relación del príncipe con su propia realidad, a través de un análisis militar, económico y político propio.

 El Príncipe, tal como lo construye Maquiavelo, está investido de poderes absolutos, con la meta de fortalecer un Estado moderno en Italia.  Intenta, a través de innumerables ejemplos con soberanos en el ejercicio de su poder de su época y anterior, demostrar en  sus XXVI capítulos y encuentra, a través de sus ejemplos maneras de palpar la realidad que se vivía en esa época.

 Intenta, hacer un tratado sobre el arte de la política en el que conseguir un Estado fuerte, amerita recurrir a la astucia, a la manipulación, al engaño o hasta la crueldad , si fuera necesario. Sin embargo, evoca a un príncipe que posea verdaderamente estas cualidades:  piadoso, fiel, humano, íntegro y religioso. Sin embargo, a pocas frases del mismo tratado XVIII le da la autorización de : “Haga, pues, el príncipe, lo necesario para vencer y mantener el estado, y los medios que utilice siempre serán considerados honrados y serán alabados por todos[1]. Dándole implícitamente el poder de justificar los medios por sobre todas las cosas, para llegar a su fin. Es decir, que si mantener al Estado requiere de traición o perjurio, es viable con tal de protegerlo.  Para ejemplificar, sus palabras:  “Se puede definir como buena utilización del delito, la que se hace en un momento concreto, por la necesidad de asegurar la propia posición, …, sino intentando sacarle el mayor provecho posible para los súbditos.”.[2](Capítulo VIII) ó “el que ocupa un estado, tiene que pensar cuáles son los ultrajes que va a tener que cometer y hacerlos todos de una vez[3](Capítulo VIII).  De esta manera, se aleja de la moral, e incorpora una practicidad en la acción.

 Intenta darle pautas para evitar cualquier cosa que provoque el odio y el desprecio. Odio, si usurpa; desprecio adquirido si se le considera inestable, superficial, afeminado, pusilánime e indeciso [4]( Capítulo XIX). Propone a un príncipe que se ingenie para que en sus acciones se reconozca grandeza, valor, prudencia y fortaleza.[5] Y al mismo tiempo preocupado por no cometer injusticias, capaz de medir la realidad política a través de una sagacidad y estrategia que lo compare a un león y un zorro. Capaz de tener en claro que debe mantenerse en estado de guerra y adiestrarse en su organización y disciplina . (pg 111). Ejercicio que debe dirigirse con la acción y con la mente. Describe cómo en la acción el príncipe debe aprender y mimetizarse con la naturaleza, reconocer cada movimiento de ella para poder comprender su defensa y atender con prontitud lo incógnito o lo imprevisto.

 En los Capítulos I al XI, Maquiavelo estudia diferentes clases de principados, cómo se adquieren y se conservan. Propone estrategias para conservarlos. Es claro en el Capítulo XI, su desprecio por la política temporal de la iglesia.

 En  los Capítulos XII al XIV, aborda el problema de la seguridad y las armas.  Le da un valor predominante a la obtención de un ejército propio, característica necesaria de un Estado libre. Descalifica los ejércitos mercenarios y auxiliares, que defraudarían finalmente.

 En los Capítulos XV al XXIII, estudia el comportamiento y el gobierno de un príncipe con respecto a sus súbditos y a los poderosos que lo ayudaron a surgir. Es claro en describir a través de experiencias pasadas, de una manera realista, cómo la política se basa en la naturaleza y en las pasiones humanas, subrayando el rol de la maldad, ambición, envidia, ingratitud, venganza, vileza. Parte de la naturaleza del hombre de antes, actual y futuro. Previniendo irónicamente a la civilización de futuros incidentes en los que aparecerán estas esencias.

 Le propone al Príncipe / Estado, basarse en sí mismo, como institución de la ley, con la incorporación de la astucia y de la fuerza, semejante a un lobo y león.[6] ( capítulo XVIII), debiendo disimular sus acciones inmorales o injustas para que “la apariencia” lo proteja. “ Los hombres, en general, juzgan más por los ojos que por las manos, porque muchos son los que ven y pocos los que tocan. Todos pueden ver lo que pareces, pero pocos saben lo que eres[7].(Capítulo XVIII). Así, todo es permisible con tal de conservar el Estado sin llegar al desprecio ni el odio del pueblo ni de los poderosos, ya que podría ser letal para él.

 En los Capítulos XXIV al XXVI, Maquiavelo, estudia la situación de Italia, analiza las causas de su ruina y propone una regeneración. En el capítulo XXIV analiza las causas por las que Italia ha perdido sus reinos, identifica  como defecto común, su mala organización militar, y luego, sigue analizando  a continuación, la relación que existe en la política entre la virtud y la fortuna. Subraya la importancia de la precaución en la defensa, y de niveles de adaptabilidad a los cambios de los tiempo.

 Mis apreciaciones

 Es difícil disolver conceptualmente, al leer a Maquiavelo, al “Poder” sin el elemento de la Fuerza y la Imposición. El uso del poder por individuos, es la representación de las fuerzas que actúan dentro de ellos. No me resulta difícil incorporar aquí toda la destructividad y violencia que intenta transmitir.

 A lo largo de su obra, concilia al instinto de muerte como una fuerza poderosa detrás de motivaciones de poder y posesión. Es obvio, que plantea un problema donde enfrenta a la ética con la política.  Quizás, su motivación más grande, de reconocimiento tras haber sido aparatado profesionalmente, sumado a los sentimientos agresivos que imagino vivió tras haber sido detenido y torturado, explican la patología que siento que transmite a lo largo de su obra. Habla de un narcisismo destructivo, donde lleva a la dominación de los instintos más viles y bajos del ser humano.

 Su prosa es notable. No dejó de transmitirme cierto nivel de angustia , por lo que solía encontrar en mí misma, cierta resistencia a creer que era cierta su propuesta. Lo interpreté como una comedia que suponía que el espectador simpatizara . Es cierto que supone un ejercicio de ironía, el ingresar en lo más profundo de los resultados de las conductas morales de ciertos emperadores y príncipes de la antigüedad y sus prácticas del poder. Por ello, su sinceridad en caracterizarlos, supone un ejercicio de realismo psicológico en el que propone lo que se encuentra sin disfraces. Sin embargo, es curioso cómo él mismo, hace la misma propuesta al príncipe líder, donde su arte debe centrarse en definir “nuevos términos de la actividad política y nuevas formas de entender la conducta moral”.

 Plantea puntos importantes como el criterio de “defensa”, que sería ideal si lo relacionara al poder sin implicar el abuso, sino una legitimidad como símbolo de justicia.

 Sus extremos y crudeza, no dejan ver , criterios de realidad que también son rescatables. Hablo de la privacidad de las decisiones del líder, de la imposibilidad de igualar o imitar a aquellos líderes idealizados, al conocimiento de la maldad y la corrupción, al conocimiento de la rivalidad y la búsqueda de un líder que simbolice el ordenamiento y la congregación de las necesidades de un pueblo.

 Pronostica acontecimientos tanto a nivel social, político y cultural, que muestran tendencias que se repiten en la vida contemporánea. Es obvio que éstas, tienen un impacto importante en la subjetividad humana. Sin embargo, es indiscutible que el exceso de poder , llámesele dictadura o autoritarismo, provocan agresiones en contra de la libertad . Y la violencia, puede provocar una alta repercusión en la pérdida de identidad del pueblo y de los individuos.

 Identificar tan clara y versátilmente lo más cruel del ser humano, es un acierto. Evidentemente hizo un profundo conocimiento psicológico de estructuras narcisistas. (quizás por identificación).

 Cuesta entender por qué no incorporó a la virtud, como símbolo de acción del príncipe que actúe con moral y con orden. Ya que política y moral deberían de anudar éxito y es algo a lo que Maquiavelo no se ha referido ni querido profundizar.

 Si bien su intención fue la unidad de Italia, su carencia de escrúpulos hacen de su proyecto inútil y nefasto. Elimina la esperanza en identificar el bien sobre el mal, ya que todo sistema político debería construirse sobre la ética, política que predicaron Platón y Aristóteles. Aunque fuera un proyecto idealizado y poco veraz en cuanto a su practicidad y alcances humanos.

 Probablemente, el control y la represión que propone, intentaba refrenar al hombre, tal como Freud lo señala  “Malestar de la Cultura” , con el fin de ofrecer un orden, un Estado. Aunque, en la definición de Freud, partía que dicha represión proporcionaba al hombre una fracción de economía de su felicidad, por la seguridad que le ofrecía el orden de la cultura. Aquí, las desproporciones de Maquiavelo lo someten a una despersonificación que probablemente, terminaría en insubordinación , por la privación de fracciones esenciales de felicidad y libertad.

 Tengo la impresión que sus intenciones , así como él mismo explica en algunos capítulos, son las de crear un ser cauto , compasivo y no cruel, amado y temido pero no odiado, sin embargo, en el camino, se des-contextualiza al solicitar del príncipe cumplir con su obligación de respetar su imagen y evitar la mala reputación, evitando dar muestras de ligereza, afeminamiento, pusilaminidad. Sino, proporcionar una imagen de astucia y grandeza, que de al pueblo una sensación de seguridad.  Estas aseveraciones suenan vigentes en el mundo actual, así como muchas de sus conclusiones resaltan algunos pensamientos astutos y adaptables al mundo contemporáneo. Obvio, que al considerar su práctica amoral, son descalificadas como proyecto o modelo.

Para finalizar, Maquiavelo crea una tensión. Tensión entre la ética y la política, entre la violencia y el poder, entre la gloria de trascender y el recuerdo del éxito de la imposición. Desde el plano histórico, su análisis fue revelador. Desde el plano humanístico, fue honesto, veraz, pero omitió con rudeza a la ética y a la moral.

 Su análisis político es, sin duda,  una herramienta para “no repetir”. No para “modelar”. Quizás esta figura antagónica de objetivo, plantee un mensaje que encierra toda la obra, una aporía en su razonamiento, dificultad lógica que traslada a la humanidad a leerle como un “compendio” de lo “no planteado”, más que un “manual para el éxito”:

BIBLIOGRAFÍA

Maquiavelo, Nicolás.(2007) El Príncipe. 40ava. ed. España, Editorial Austral. 151 pp.

 


[1] Maquiavelo, Nicolás. El PríncipeEditorial Austral, España, 2006

[2] op cit. Pg 81

[3] op cit, pg 81

[4] op cit. Pg 129

[5] op cit  pg 129

[6] op cit pg 126

[7] op cit pg 127

Rosabel M. Maza / Lima, Perú
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