Dra. Rosabel Maza

31. El satori, como criterio unificador en el budismo Zen.

Por: Rosabel Maza

El satori como criterio unificador en el budismo Zen.

Introducción al Budismo Zen por Daisetz Teitaro Suzuki

Haremos una revisión del concepto de Satori desde el budismo Zen como también intentaremos hacer un esbozo de semejanza con el concepto de elaboración dentro de la transformación psíquica psicoanalítica.

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¿Qué es el Satori?  Es la búsqueda de elaboración de un nuevo criterio para penetrar en la esencia del mundo. Es también la renuncia a un sistema de pensamiento lógico para adoptar otro en el que se acerque al punto de vista del Zen. El autor habla de un desprendimiento de cánones que nos rigidizan y que no permiten el ingreso a un espacio psíquico, físico y espiritual en el que el Zen se viva. Propone salirse del círculo, en un nuevo punto visual, el camino del Zen.

Este nuevo punto visual es el Satori . Este es el inicio de la creación del Zen. También se le puede llamar “visión intuitiva del interior” lejos de la aprehensión intelectual y lógica. Satori es el descubrimiento de un nuevo mundo, desconocido e inaccesible debido a la confusión del espíritu por el dualismo. La doctrina del Zen es vívida, penetra y proporciona experiencias de verdad a través de revelaciones que son dadas en un tempo personal y único.

El camino de la comprensión en abstracción intelectual, analítica no es suficiente, más bien la penetración de la verdad es el Zen.  Sin embargo, no se instruye, sino que la doctrina  ingresa en nosotros a través de comprensiones cósmicas, de aperturas que no son enseñanzas sino que son experiencias vitales.

El budismo, refiere Teitaro a través de múltiples ejemplos de maestros y discípulos, es una doctrina difícil de comprender y al mismo tiempo sutil, donde un maestro no puede conducir a sus discípulos a la iluminación mediante aclaraciones. Sino más bien, el budismo es una experiencia que nada puede hacerla comprensible a no ser que hayan tenido la experiencia en sí.

Un Satori reflexivo, no es un Satori en realidad. El Satori no es la transformación de un concepto. Lo único que puede ser enseñado en el Zen, refiere el autor, es insinuar y mostrar el camino por el que el espíritu de un hombre puede llegar a la meta. La aprehensión del objeto en sí sucede según cada uno, y es de forma individual.

El espíritu de un hombre puede tener la disponibilidad para el Satori, y este lo invade por todas partes, puede ser un ruido, una sensación, un suceso banal que den pie a que el espíritu de un hombre se abra al Satori. Es decir, un suceso intrascendente puede provocar una acción que no se encuentre relacionada con él. Una chispa que destapa una explosión. Puede verse como una catástrofe espiritual que se presenta súbitamente ya que se apodera del hombre de improviso cuando él se siente que ha agotado su ser. También puede verse como un nuevo nacimiento.

Todas las condiciones previas del Satori se existían en la mente y sólo esperaban la madurez.  Así, en el Zen no hay nada nuevo que pudiera aumentar el saber, el hombre no posee saber propio, si no lo hacer nacer de sí mismo.

La doctrina budista no puede ser representada o aclarada intelectualmente, el Zen no tiene que ver con pensamientos mientras que el Satori  es una percepción interior,  la percepción sensitiva de la auténtica realidad en sí. El Satori  tiene la misión de regresar al Yo. El Satori se caracteriza por un cambio de rumbo o crisis en la vida, ya que es perfilado con nitidez en momentos  únicos que hace transformaciones espirituales que se dan en las mentes de  los hombres.

El Satori desesclaviza, ya que los hombres  se comportan como maestros. Para terminar, no confundamos el Zen como un estado de autosugestión provocado mediante la meditación, el Satori no es una reflexión intensiva de un estado premeditado. Más bien, es la obtención de un nuevo punto de vista para la contemplación del mundo. El Zen busca reconstruir la antigua estructura mental sobre una base totalmente nueva.

De esta manera, busca una revolución total mental que destruya la acumulación anterior del conocimiento intelectual. Es un nuevo sentido que contempla el antiguo mundo en una perspectiva diferente. Hay que diferenciar el Zen de un estado psíquico, el Satori es el estado perfectamente normal del espíritu.

Quisiera discutir este último aspecto, el de la transformación psíquica, que se refiere a un estado normal. En mi lenguaje, siendo mi orientación la psicoanalítica, es acaso el Satori, una hallazgo, un cataclismo psíquico que permite el hallazgo de la verdad psíquica, de la evolución y transformación psíquica personal.

En el tratamiento psicoanalítico, el analizante busca a través de la escucha el acceso al material latente en una transformación del material manifiesto. Si revisamos a Aulagnier[1] (1975) , comprenderemos que existen reglas implícitas que guían el pensamiento dentro del diálogo intrapsíquico y a su vez intersubjetivo. Será posible entonces, que en la práctica Zen, el acceso al Satori es  a través de eventos particulares primarios  que se accede a procesos secundarios.

Me acerco más a la explicación que Klimovsky[2] (1988)  aporta en la explicación de la presencia de leyes que correlacionan un tipo de variable con otro, el lado empírico con el no empírico, y que suelen llamarse en la jerga epistemológica: reglas de correspondencia.  De darse reglas de correspondencia entre eventos particulares y el acceso a esa verdad que existía desde la condición natural , es posible que a través del crecimiento psíquico y experiencias que permiten al individuo madurar, se pueda acceder al Satori. No estoy hallando explicaciones, más bien, estoy tratando de interpretar desde un punto de vista profesional la doctrina budista que enmascara una serie de significados que nos llevan a un metaconocimiento de la realidad. De pronto, también es mi búsqueda , la reconstrucción de un pasado que dé criterios de verdad en cada uno. Y si bien no es constatable empíricamente, sucede, tal como se da la explicación de Satori. Sucede y nada nuevo aparece, se da en un tempo psíquico único y personal  y luego de él la visión del mundo es diferente.

Podríamos también entender el Satori como una elaboración, descrita por Freud en 1914, como el proceso mental por el cual el individuo  asimila en el tiempo la interpretaciones, obteniendo el insight, de tal manera que logra vencer sus resistencias. No sé si me acerco a esta transformación o revolución subjetiva que refiere el Budismo Zen que ocurre, y que lleva a este nuevo estado. Lo que sí no cabe duda, es la búsqueda de la disciplina psicoanalítica como la del Budismo Zen de buscar una experiencia valiosa que justifica que se aspire a ella.

[1] Aulagnier, P. (1975) La violencia de la interpretación. Del pictograma al enunciado. Bs.As.: Amorrortu

[2] Klimovsky, (1988) Aspectos epistemológicos de la Teoría Psicoanalítica En : Etchegoyen,. H. (1988) Los fundamentos de la técnica psicoanalítica . Bs.As: Amorrortu

Rosabel M. Maza / Lima, Perú
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