Dra. Rosabel Maza

30. La naturaleza innata /xing/ en el confucianismo

Por: Rosabel Maza

El problema de la naturaleza innata /xing/ en el desarrollo del confucianismo

“Tú eres uno con el universo” Confucio

La doctrina del confucianismo tiene un matiz humanista ya que se concentra en la solución de problemas terrenales y profundiza en la perfectibilidad humana. Logra un sentido común de la naturaleza de la experiencia personal hacia lo sagrado y busca un compromiso personal con la armonía. El confucianismo abarca un destino religioso que responde a preocupaciones humanas esenciales que se expresan a través de compromisos individuales y comunitarios que buscan transformar al individuo y a la sociedad hacia una mirada moral y política.  El confucianismo busca la sacralidad en una vida normal pero disciplinada

Confucio introduce un sentido de la ritualidad que abarca la vida de las personas. Este establece un orden dentro de las cosas que alcanza la gran armonía, el camino (dao). Postula que el hombre sólo con otro hombre puede hacer cultura y juntos alcanzan la perfección. El desarrolla la noción de rén (el sentido de lo humano) que consagra a un hombre a la práctica del ritual a través de ejercicios mentales para acceder a un ideal. Esta categoría se sostiene en la mente, es un comportamiento ético a lo largo de la vida. Contiene lo secular y lo sagrado. Se encarna a través de un esfuerzo consciente. Es importante señalar que el confucianismo conlleva a tres principios:  armonía y unidad entre la humanidad y el Cielo, armonía y unidad entre los descendientes y antepasados , y armonía y unidad entre lo secular y lo sagrado[1] (Yao, pg 71)

La vida tiene sentido y es inapreciable, realiza el destino humano, y tiende un puente entre esta vida y el más allá, entre lo limitado y lo infinito, entre lo temporal y lo eterno. Por ello el xing o naturaleza innata  demanda una mirada atenta en todo este sistema filosófico. El confucianismo recalca su fe en el Cielo (tian) y en el Mandato del Cielo (tian ming), pone acento en que a través de su humanidad, el hombre puede alcanzar la perfección. Los humanos tienen una misión, ésta es cumpliendo con sus obligaciones éticas y morales. Subraya la conciencia y el cultivo de uno mismo como el camino que conduce a la trascendencia.

Durante el período de los reinos combatientes, Meng Zi (390-305ac), discípulo de Confucio defiende sus ideas y forma la corriente idealista. El considera que el hombre es bueno por naturaleza. Busca la integración de la mente a través de  completar nuestras intenciones, comprende que el completarse se relaciona con el sentido de lo humano. Todo cobra sentido si seguimos esta unión. La integridad es el camino del cielo. Se da el él una unidad entre lo interno y lo externo. Somos uno con el cielo, todo está contenido en uno. Para él, la naturaleza innata está en la mente. Cuando un hombre hace lo correcto o lo justo, usa plenamente el sentido de lo humano. El sentido de la mente es pensar para alcanzar el inmanente. El integrar el interior accede la integración externa. Meng Zi considera que el corazón del hombre posee un innatismo hacia el bien, el hombre tiene de una manera innata la tendencia hacia lo virtuoso.  Mencio subraya que el xing nace del cielo y si viene de allí, es buena. Sin embargo, esta bondad podía envilecerse por el propio esfuerzo o por el contacto con un ambiente perverso. Esto nos lleva a buscar a través de la cultura moral en preservar la bondad originaria.

En oposición a Mencio, Xun-zi (340-249), desarrolla la corriente realista, consideraba que había que formar esa naturaleza, que el hombre tenía su propio orden que no tenía que ver con el cielo. Afirmaba que las personas nacen con una naturaleza perversa pero susceptible de regenerarse gracias a la educación moral. Para él, la bondad es un producto humano, lo que hay de bueno en la naturaleza innata es un producto artificial de la educación y la sociedad. .  Para corregirla y transformarla deben ser enseñados por maestros y adquirir hábitos de ritualidad y rectitud.  Xun-zi acentúa el ritualismo en el confucianismo, para él, el carácter debería ser instruido a través de ritos y música.  Propone que no hay ética en el cielo, que la cultura cambia la naturaleza mala del hombre, incluso la cultura y la civilización son malas. Todo lo instintivo y los deseos deberían estar guiados y moderados por reglas de  corrección. Para Xun-zi existía un orden celestial, un orden terrenal y un orden humano. Sólo la influencia sobre el carácter permitirá un acceso a la armonía interna.  El no ve la integración que Mencio acentúa. Xun-Zi privilegia al hombre frente al cielo o a la tierra, colocando el peso en su carácter ético. Coloca al hombre frente al cielo sin existir una dependencia con él. El ejercicio más grande que puede hacer un hombre es el ritual, así, aumenta la estética del ritual a través de la formación y educación. EL hombre necesita dominar sus malos instintos innatos a través de la educación y esto se logra a través del esfuerzo humano. Xun-Zi concibe la humanidad en la cultura y en lo artificial más no en su naturaleza.

Vemos en estas dos propuestas controversiales una integración. Mencio propone un camino ascendente donde el hombre expande su mente, para acceder a su propia naturaleza innata que no es aprendida sino que viene del cielo a través de un mandato. También es un  mandato celestial llegar a ser sabio, ya que todo hombre tiene el deber de llegar a la perfectibilidad. Así, el hombre debe trabajar el desarrollo de las potencialidades de su mente para acceder al cielo. Luego Xun-Zi, le da un carácter imperfecto a los seres humanos, da un orden diferenciado entre cielo y tierra, él fisicaliza la ética. Le da cierto orden y sentido a las cosas al encarnar las ideas en el cuerpo. Xun-Zi le da una apertura a la fisicalización de la moral, al sugerir que todos los pensamientos modifican el cuerpo.

Ambos discípulos se encargan de cerrar el carácter racional del pensamiento de Confucio. El mandato del Cielo se conoce mediante la consciente indagación de uno mismo de su propia naturaleza, del cultivo de uno mismo y la extensión de sus virtudes.  A ambas posturas les preocupa el destino humano, es posible la sabiduría y la perfectibilidad de cada individuo en la mejora cotidiana a través de su calidad moral y progreso social.

Xun-Zi reconoce ampliamente la imperfección de los seres humanos y la limitación  de la realidad social. Los individuos deben de participar en un proceso de aprendizaje y práctica a lo largo de sus vidas, a través de la autodisciplina y la educación. La vida es un camino continuo de cultivo y transformación hacia la trascendencia, en la que uno deberá descubrir su propia naturaleza . Mencio considera que a través de la propia naturaleza se revelan los principios del Cielo.  Estas dos posturas abren camino al ly, al orden esencial en la materia misma. Este es un cierre conceptual del desarrollo de la naturaleza innata, donde el principio y el fin se confunden en una semilla, en un principio en ly. Ly es la esencia del hombre, donde se contiene al ritual, al dao, a rén. Ly es la esencia del hombre que conlleva a la integración y la visión holística del mundo. Es el “ser” y el “deber ser”.

Comparto con Yao la idea que la ética confucionista es una ética deontológica y consecuencialista. La ética confuciana tiene en cuenta la motivación interna del hombre como resultado externo al valorar a una persona o su conducta. Es importante conservar los rituales, pero más importante tener un corazón sincero y un espíritu devoto. Lo que más vale es la humanidad (ren), si una persona carece de humanidad no tiene sentido lo demás. Confucio adoptó una visión holística de la persona, su ética enmarca la ética de la verdad. Es un sistema de pensamiento filosófico, moral y político, interesado en lo humano, que relaciona lo humanístico con lo religioso, lo terrenal con lo sacro, interpreta lo fundamental y la trascendencia, así como abre un camino hacia la eternidad humana.


[1] Yao, Xinzhong (2001) El confucianismo. Madrid: Cambridge University Press.

Rosabel M. Maza / Lima, Perú
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