Dra. Rosabel Maza

29. La liberación en la escuela Yoga y el Budismo

Por: Rosabel Maza

El problema de la liberación (moksa) y sus métodos entre la escuela Yoga y el Budismo

Similitudes y diferencias

La noción de liberación o moksa[1] es común a las grandes religiones de la India. La vida terrenal es caracterizada por cambios incesantes, nada satisface al hombre totalmente, el mundo es visto como el anityam, asukham, impermanente, infeliz, morada de dolor. Por ello, la Verdad es Una y la meta de la vida humana es la conciencia y la experiencia de esta verdad.  Un gran filósofo de hindú, Shankara, decía: “moksha es eterno, pues no experimenta cambio alguno… es omnipresente como el aire libre de alteraciones, autosuficiente y no está compuesto de partes: es Uno… es Brahman (el Ser)[2].

En este universo inconstante y contingente,  la experiencia de los individuos podrá evolucionar hacia la experiencia de Verdad. Sabemos que el universo visible no es el verdadero, solo el Eterno invisible es real.  Por ello, el más importante de todos los dharmas [3] es el conocimiento del Ser, por él, uno logra inmortalidad. La búsqueda del dharma se obtiene en el logro del moksa que es el más grande de todos los purusharthas (fines de la vida humana). El moksa, según Sri Swami Sivananda [4] es el valor infinito de la existencia que cubre todos los otros y es en sí mismo, el mayor.  Sin el moksa, no se tiene valor ni significado, su valor está condicionado por la ley del Infinito, que es lo mismo que el moksa.

En la espiritualidad hindú, uno de los medios para alcanzar el Ser, es el Yoga,  técnica para adquirir la liberación (moksa, mukti). Dentro de su búsqueda de verdad, el Yoga es uno de los seis sistemas filosóficos de la India. Su significado de ligar, unifica el espíritu, lo reencuentra, desprende la materia y se emancipa. Esta estructura iniciática, crea un nuevo cuerpo místico que permite su inserción en la trascendencia. Esta búsqueda es valiosa por su función soteriológica (salvación), ya que la verdad le ayuda al hombre a liberarse. Liberación que le permite al hombre forzar otro nivel de existencia, trascender a la condición humana. El conocimiento metafísico de la India no solo se traduce en ruptura y muerte, sin o que implica una consecuencia de naturaleza mística: el re-nacimiento a un modo de ser no condicionado, la libertad absoluta.[5] Eliade condensa en el yoga prácticas ascéticas y contemplativas valorizadas e integradas en una filosofía. De esta manera, el yoga libera al hombre de la ignorancia a través de la comprensión y contemplación (darsana). Este concepto es vital para entender el camino del moksa a través de la gnosis, es decir, con la práctica y con la sabiduría.  Diferente del camino del moksa de los budistas que más adelante desarrollaremos.

Dentro del Yoga, el mundo es real, perdura por la ignorancia del Si (purusa) que se ignore, sufra y se vea esclavizado. Solo cuando el último Si encuentra su libertad, la creación se reabsorbe en la sustancia primordial[6]. Este Ser no guarda relación con el no-Ser; es decir, que la naturaleza no posee verdadera realidad ontológica, es devenir universal, es decir, cualquier forma cósmica acaba por disgregarse, el Universo la reabsorbe mediante disoluciones en la matriz primordial (prakrti). [7] El camino de liberación se da gracias a la proyección del hombre a través del sufrimiento y gracias al karma. El hombre se integra en el ciclo infinito de transmigraciones, lo ayudan a buscar y encontrar la salvación del alma, la autonomía, libertad absoluta. Cuanto más sufre el hombre, más solidario es del Cosmos, mas progresa en él el deseo de emancipación, más lo atormenta la sed de salvación.  Sin embargo, el sufrimiento es efímero. EN este punto, es importante recalcar que las técnicas soteriológicas como las doctrinas metafísicas se estructuran porque liberan al hombre del dolor, dolor entendido como sufrimiento universal. Pero el alma es el principio trascendente y autónomo de la filosofía india.  El hombre conoce y comprende por medio del intelecto (buddhi), siendo pura luminosidad sattva, refleja el espíritu. Pero ese intelecto no es más que un producto de la materia, es un fenómeno que no conoce el Si, ya que no tiene relaciones de conocimiento con ninguna realidad trascendental, escapa a toda comprensión humana.

Para los hindúes, nada se crea, la creación existe desde siempre y no puede ser destruida, todo regresará a su equilibrio absoluto. Sólo se logra la individuación mediante la conciencia de sí, sólo que la experiencia psíquica es un simple proceso material. Sin embargo, servir al Espíritu es el carácter teleológico de la creación. Lo particular de la liberación es que se libera la idea del mal y del dolor, pero el sufrimiento es exterior al espíritu, le corresponde a la personalidad humana (asmita). Lo más importante es la libertad absoluta no tanto la salvación. Por ello, el yoga es la supresión de los estados de conciencia que produce la emancipación. El conocimiento metafísico en sí, no conduce al hombre a la salvación suprema, es necesaria esta emancipación. El objetivo del yoga es abolir las categorías de experiencia y sustituirlas por una experiencia estática, supra-sensorial y humana.

En relación al Budismo, se le considera la religión de la vía media, un espacio entre la afirmación y la negación de la existencia. Los elementos de la realidad, dharmas, de los budistas, perecían en el mismo momento de nacer. Esto nos muestra que su naturaleza no sólo es impermanente (anitya) sino también instantánea (ksanika). Este origen condicionado /pratityasamutpáda/, de relacionalidad o contingencia es central en la filosofía budista. Todo se renueva, nuestra voluntad, los dharmas, y éstos se controlan por el  discernimiento (prajñá) y a través de la práctica de la meditación y cultura mental (bhávaná). Vemos que el discernimiento dentro del budismo es parte del proceso de renovación, la meditación no es concebida como el yoga que es gnosis, es proceso.

La  meditación es una autodisciplina moral razonada, no, extrema. A través de ella, se  deconstruye el deseo y eliminan las huellas de las pasiones en la mente, el karma pierde su capacidad de reproducción y es posible la liberación. En la meditación se encierra el mensaje liberador de Buda[8]. Se encuentra en ella las cuatro nobles verdades: dolor, origen del dolor, abolición del dolor y camino conducente a la abolición del dolor. Nuevamente la vida es vista como insatisfactoria, puesto que está compuesta de frustraciones. El progreso se consigue a través del óctuple sedero, compuesto por la moral, meditación y sabiduría. Este sendero no es intelectual como el yoga, es un proceso, una práctica, un método de aproximación muy específico.

La verdad, el dhamma, es progresar hacia su realización. Esto se logra al ser hábil (moral o virtuoso), puesto que Buddha veía que las emociones y apetitos eran el obstáculo a la liberación. La liberación consiste en descubrir la verdadera naturaleza de la realidad. La cadena de la originación dependiente señala que el deseo procede de la ignorancia. Deseo e ignorancia son interdependientes e inseparables en la doctrina budista. Representan al enemigo interior. Las raíces del mal son la codicia o concupiscencia, el odio y  el engaño. Por ello, la vacuidad es funcional puesto que seremos libres al desencantarnos de todo, a este estado le llaman nibbana, la extinción de este triple fuego.

Tanto en el yoga como el budismo el concepto de verdad es determinante, verdad que en el yoga le sirve al hombre para liberarse. Liberación que le permite forzar otro nivel de existencia, trascender a la condición humana. En el budismo, Buddha expone una doctrina de la no-alma (annatta-vada), ninguna es el yo, ya que el annata-vada es transitoria es insatisfactorio. Lo valioso es la inmutabilidad eterna. En el budismo, todo es efímero, esto se aplica a todos los seres. Toda existencia fenoménica es inestable, dolorosa y carente de alma o esencia. En este proceso, el hombre deja su egoísmo y desvanecen los deseos.  La meditación budista propone la concentración y agudeza que aquieta la mente, tiene el fin teleológico del desasimiento.

La situación de cada uno se determina por su kamma, acciones pasadas. Así, según los budistas, la vida en el mundo no tiene principios, no existe nada sin causa, siendo ésta la doctrina de la Originación dependiente. No hay presencia divina en el Budismo, el Ser no es un problema, no existe, como en el yoga, la búsqueda metafísica del Ser. En el budismo, la vacuidad es parte de la sensación de muerte y deseo al mismo tiempo. Para ellos, no existe un yo eterno, más bien, existe una equivalencia entre el macrocosmos y el microcosmos, lo particular es que somos lo mismo que el mundo aunque no poseemos esencia.

La doctrina budista está cargada de sentido ético y moral, niega el valor soteriológico al ritual, propone un dualismo simple e universal de lo justo e injusto, en esta metáfora está Dios. El comportamiento moral es lo esencial, prerrequisito de la meditación. Es por ello que se le de tanta importancia a la conciencia.  El budismo no necesita como el yoga de una estructura iniciática, ellos niegan al sacerdocio, el esfuerzo personal es lo que vale. La doctrina subraya la primacía de la conciencia individual, subraya el individualismo religioso. Para ellos, el verdadero Brahman es el que posee valores universales. Proponen una igualdad espiritual, por ello, la salvación es un problema estrictamente personal: una experiencia íntima indemostrable.

El budismo de Nágárjuna[9] deconstruye su propio discurso y lo presenta como vacío, reconoce la vacuidad de los dharmas como esencial para tener la renovación. La falta de naturaleza propia es la condición para la liberación. Como ninguna afirmación tiene realidad en sí misma,  son ilusiones. Esta metáfora sirve para referirnos a la facultad creadora, al mundo del devenir, representa una dualidad mental que junta lo verdadero y falso.  Así se presenta el sentido soteriológico[10] del budismo, al todas las cosas tener un origen condicionado, son vacías, nada existe de manera autónoma.  Lo contingente convierte todo en vacío, incluso a la vacuidad misma, por ello no hay un principio trascendente. Esta deconstrucción es parte de esa naturaleza contingente siendo esto central:  la falta de naturaleza propia permite que alcancemos la perfección espiritual, gracias a esa ausencia podemos recorrer el camino.

EL budismo descubre la circularidad de lo existente, su intuición es catártica[11]. El descubrimiento de la contingencia es devastador ya que no deja espacio para la trascendencia. En esta muerte ontológica aparece la afirmación de la negatividad. Dentro de la finitud e impermanencia del hombre, éste  acepta su inexorabilidad. Este conocimiento es tanto de  salvación como al mismo tiempo vacío. En el budismo este no es un conocimiento teórico ni experimental, es la conexión con el cosmos, una visión de un conjunto único con el vacío(sünyatá).  Este sistema permite al individuo una intuición mística que conduce a los seres a la caducidad del todo y la nihilidad del cosmos. El yoga, como liberación no termina en la inexorabilidad, le permite al individuo trascender en su condición humana hacia una propuesta condensadora, donde el moksa tiene un sentido más alentador.


[1] La liberación (moksa) En el hinduismo, el término sánscrito moksha se refiere a la liberación espiritual. Es sinónimo del término mukti, ‘liberación, emancipación, abandono’. En: http://es.wikipedia.org/wiki/Moksha_(hinduismo)

[2] En: http://www.yogacentersc.es/posts/206-liberacion-o-moksha

[3] En el budismo dhamma significa ‘camino de las grandes verdades’. En cambio en sánscrito dharma significa ‘ley natural’, ‘deber’, ‘deber religioso’ o ‘religión’. También se refiere al ‘orden social’, ‘conducta adecuada’ o ‘virtud’. Los hindúes llaman a su religión sanatana dharma, que se traduce como ‘religión eterna’. El dharma forma las bases de las creencias y prácticas originadas en India…con el dharma como punto central de sus enseñanzas… los seres que viven en armonía con el dharma, consiguen recorrer antes el camino de dharma yukammoksha (liberación espiritual) y nirvana (iluminación). En: http://es.wikipedia.org/wiki/Dhamma

[4] Sri Swami Sivananda, “ La Esencia del Yoga”, The Divine Life Trust Society , Himalaya India 1988

[5] Eliade, Mircea, “ Inmortalidad y libertad”, Las doctrinas del yoga. Cap I. Fondo de Cultura Económica 2001

[6] Eliade, Mircea.  Op cit.

[7] ELiade, Mircea, op cit.

[8] Gombrich, Richard R. El budismo Theravada

[9] Nāgārjuna (150 – 250) fue un filósofo indio, fundador de la escuela Madhyamaka (camino medio) del budismo mahāyāna. En: http://es.wikipedia.org/wiki/N%C4%81g%C4%81rjuna

[10] Arnau, Juan, “Genealogía de la Vacuidad” en: La Palabra frente al vacío, Filosofía de Nágárjuna,  Centro de Cultura Económica, 2005

[11] Pratïtyasamtpäda: El silencio del Buda,  Ramon Panikkar, Ed. Siruela.

Rosabel M. Maza / Lima, Perú
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