Dra. Rosabel Maza

26. La palabra frente al vacío – Nágárjuna

Por: Rosabel Maza

26. Genealogía de la Vacuidad

La palabra frente al vacío

Filosofía de Nágárjuna, de Juan Arnau, Cfe(2005)

La palabra sýnyatá, traducida en “vacuidad”, integra gracias a Nágárjuna muchos de los discursos filosóficos del pensamiento maháyana. Representa la estrella de una constelación de conceptos.  Su renovación produjo un milenio de interpretaciones y de hermenéuticas. Su influencia se extendió al discurso contemporáneo en Oriente y Occidente. En Siglo XIX, Nágárjuna fue considerado un nihilista; en el XX bajo la filosofía analítica, fue un lógico y un escéptico. ¿Pero cómo un monje del siglo II produce tantas versiones de sí mismo?

Merecemos revisar su genealogía. La palabra vacuidad aparece en la literatura nikáya y ágama para desginar: estadíos avanzados de la meditación, la no existencia del yo (átman), la ausencia de elementos distorsionadores (klésa) como el odio, la ignorancia y la codicia en el estado de nirvana. En la literatura prajñápáramitá, se refiere a la verdadera naturaleza de todo lo existente, de los seres, conciencias y pensamientos. Todos los objetos del deseo y el deseo mismo son vacíos, como la aspiración espiritual.

La historia comenta que Sákyamuni describió su enseñanza como un camino (márga), como una senda que había que recorrer, “una vida media” (madhyama-pratipada) que rechazaba los extremos de un excesivo rigor ascético y una demasiado fácil vida secular. Era un mensaje de moderación que condenaba los extremos. Los budistas comprobaron que toda palabra tiene un opuesto y existe frente a él. Las palabras establecen polaridades que pueden ser ontológicas (nada existe o todo existe), psicológicas (las personas son/no son sus sensaciones), o metafísicas (el Buda existe/no existe después que muere). La vía media es un síntoma de desconfianza budista hacia el lenguaje y alcanza su máximo compromiso con la tradición zen y sus usos del kóan.

Los dharmas, elementos constitutivos de la realidad para los budistas, perecían en el mismo momento de nacer, su naturaleza no sólo era impermanente (anitya) sino también instantánea (ksanika). Esta renovación apoya a la idea del súnyatá , la aparición o desaparición de cada dharma se sujeta a causas y condiciones. Este origen condicionado (pratityasamutpáda), relacionalidad o contingencia, es un término filosófico budista que se refiere que la existencia de cualquiera  cosa o fenómeno se origina y depende de otras cosas o fenómeno. Este término es central en la filosofía del madhayamaka. Nuestra voluntad, al igual que los dharmas, se renuevan. Pueden ser controlados por el discernimiento (prajñá) y este juicio se entrena mediante la meditación y cultura mental (bhávaná). Todas estas prácticas deconstruyen el deseo y eliminan las huellas de las pasiones en la mente, el karma pierde su capacidad de reproducción y es posible la liberación. Este es el budismo antiguo donde el pudgala-nairátmya, la inexistencia del yo y el dharma-ksanikatva, la existencia de los dharmas son base de crítica de Nágárjuna.

Nágárjuna lleva al límite la noción de falta de naturaleza propia de la persona, extiende esta carencia a todos los dharmas en general, para él, la “vía media” , es la negación de la realidad no sólo al que sufre, sino al sufrimiento mismo. La radicalidad de su propuesta  se extiende al mismo Buda, su doctrina y a su propias enseñanzas. Nágárjuna deconstruye su propio discurso y lo presenta como vacío. El sabio no discute, reconoce la vacuidad de los dharmas como esencial para tener la renovación. La falta de naturaleza propia es la condición para la liberación. Para él, ninguna afirmación tiene realidad en sí misma, en este sentido, son ilusiones. Su doctrina tiene la naturaleza de la ilusión, deconstruyéndose a sí misma. El utiliza la metáfora al referirse al mundo del devenir, así designa la facultad creadora y adaptadora de los budas y bodhisattvas que conocen la ilusión del mundo. La metáfora es igual que asociación, representan una dualidad  y cultura mental, juntan lo verdadero y lo falso

Dirige su sentido soteriológico(búsqueda de salvación) utilizando esta argumentación.  Sostiene que dado que las cosas tienen un origen condicionado, son vacías, nada existe de manera autónoma. Lo contingente es lo que convierte a la vacuidad en algo tan vacío como el resto de las cosas. Vemos que para él, la vacuidad no puede ser la nada, no es ni la “nada” ni un “principio trascendente”, es la característica misma de los fenómenos, la textura de la realidad/ o ilusión, como él la llama. . La deconstrucción es parte de esa naturaleza contingente. El considera que la falta de naturaleza propia permite que alcancemos la perfección espiritual, gracias a esa ausencia podemos recorrer el camino.

“la esencia de todas las cosas es su falta de esencia” si súnyatá es la característica fundamental de la existencia (samsára), es una falsa prisión, ya que la existencia comparte la misma naturaleza que la liberación. El nirvana no se concibe como liberación sino como “despertar”.

Finalmente, la palabra súnyatá no se mantuvo estable con el tiempo, sin embargo estas formas erróneas de concebirlo no son contrarias al espíritu mismo de la vacuidad. De pronto, todo ésto, pareciera tan incomprensible para nosotros, quienes en el postmodernismo -preferimos lo tangible y lo trascendente como un medio de comprender la realidad y comprometernos con ella. Sin embargo, esta brisa budista, oriental, nos lleva a deconstruir nuestras mismas estructuras, sin rigideces ni descalificaciones, sino recibirla, con esa suavidad incorpórea de lo que nos muestra otra realidad, otra manera de ver las cosas que, finalmente nos enriquece y nos permite ser, más receptivos y tolerantes a entender a los demás.

Rosabel M. Maza / Lima, Perú
Consultorio: 999120900 | e-mail: rosabelmaza@gmail.com